martes, 13 de octubre de 2009

escapista urbano...


Bebo, bebo aceite de maquinas hermosas, de maquinas de ojos polarizados, de maquinas vivas, bebo su piel, trago su olor, degusto su esencia, su naturaleza colorida o ausente…
Pero sigo muerto de hambre y de sed, entonces me vierto en la fresca resina de un árbol de flores que chorrean tinta, destilan su narcótico néctar sobre mí, música del viento, tranquilidad, silabas fundidas, desleídas, transparentes, psicológico perfil del ocio traducido en expresión pura…
De pronto, me encuentro enmarañado en cabellos de múltiples verdes en donde descansan las ansiedades citadinas, cotidianas y aglomeradas en la boca del estomago, en los pliegues del paladar, en las papilas gustativas.
Mastico cielo para apaciguar la fatiga, me embucho con la cantidad suficiente para trasbocar en una hermosa implosión de imágenes y signos que se filtran en el espectro del acogedor espacio especialmente creado detrás de mis ojos, espacio al que sois invitados.
"avechucho"

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